Thursday, April 19, 2018

Problemas digestivos en los niños con autismo


Los niños con autismo pueden presentar algunos trastornos del aparato digestivo. 
Con frecuencia, los niños (neurotípicos o no) a temprana edad presentan una serie de problemas de salud relacionados al aparato digestivo. En los niños con autismo, particularmente, existe un nivel más alto de posibilidades de padecer alguno de estos problemas; en promedio, se habla de unas seis u ocho veces más en cuanto a la frecuencia y la gravedad de los mismos. ¿Sabías esto? Pues continúa leyendo, a lo largo de nuestro artículo te hablaremos al respecto.

¿Qué son los trastornos funcionales digestivos?

Los trastornos funcionales digestivos son frecuentes de la patología gastroenterológica pediátrica, y se definen como una serie de síntomas crónicos que afectan al sistema digestivo. Esta es la definición más concreta que respecta a los trastornos funcionales digestivos, sin embargo, es necesario evaluarlos como una afección mucho más seria en el caso de niños con autismo.

¿Cuál es la relación entre los problemas digestivos y los niños con autismo?

Un estudio de la Universidad de Missouri incluyó los TEA junto a las enfermedades digestivas, basándose en una población de muestra de 2973 niños y adolescentes con TEA. El resultado de este estudio arrojó que el 25% de los participantes padecía algún tipo de trastorno digestivo crónico. A partir de este estudio se estableció una relación notoria entre los trastornos psicológicos y los trastornos gastrointestinales.

Es importante resaltar que muchos de estos problemas no tienen una relación patológica, sino que son resultado de una serie de conductas a lo largo de la vida para las personas con trastornos relacionados al autismo. Principalmente, las alteraciones en cuanto a la alimentación definen el punto de partida de los problemas digestivos; y es que para los niños y jóvenes con autismo, el tema de la alimentación se vuelve un auténtico dolor de cabeza. Es bien sabido que muchas de las personas autistas tienen estándares claros con respecto a su alimentación, obviando muchos alimentos importantes de su dieta, e incluyendo otros en exceso (por ejemplo, existen personas con autismo que sólo consumen carbohidratos, o apenas prueban las proteínas).

Por otro lado, los desórdenes alimenticios asociados al autismo se pueden dividir en tres tipos:

Desórdenes sensoriales
Desórdenes conductuales
Problemas físicos

Algunos de estos pueden ser trabajados por medio de terapias, y otros simplemente deben ser canalizados en beneficio de la mejora de la alimentación del individuo, aunque generalmente se opta por la omisión de muchos alimentos importantes en la dieta de un niño.

Entonces nos encontramos con que, a pesar de que los problemas digestivos no son exclusivos de los niños con autismo, estos se ven mayormente afectados por la hiperselectividad de los alimentos a la hora de cumplir con una dieta. También se sigue presentando un caso en el que algunos especialistas eliminan alimentos de la dieta de los niños, que posteriormente deben ser reincorporados; por esto es importante el control médico en los niños. Tengamos siempre en cuenta que el Trastorno del Espectro Autista suele abarcar otros aspectos de la salud que también deben ser monitoreados, como por ejemplo el que decidimos exponer hoy en nuestro artículo.

La otra cara de la moneda

Este problema no tiene relación únicamente con el aspecto conductual, como pudimos apenas apreciar en los tres grandes grupos en los que dividimos los trastornos alimenticios. Los problemas digestivos también pueden ser producto de una alteración que involucra la serotonina. Te explicamos mejor a continuación.

Las personas con autismo sufren algunas alteraciones genéticas antes y después del nacimiento. Una de esas alteraciones tiene relación con la serotonina, una sustancia química que cumple la función de neurotransmisor y que está encargada de regular la intensidad de las órdenes que nuestro cerebro envía al resto de nuestro cuerpo. En las personas con autismo, esta sustancia puede verse inhibida. Además, la serotonina sólo está presente en un 5% en el cerebro, y la mayor parte de este neurotransmisor actúa directamente en el sistema gastrointestinal. Entonces, cualquier alteración que involucre la serotonina, tendrá consecuencias, no sólo en el cerebro, sino también en el sistema gastrointestinal.

Muchos especialistas rechazan la idea de que los problemas digestivos son más frecuentes en los niños con autismo, sin embargo es importante que, como padres, exista especial atención sobre este posible problema. En Autism Soccer apostamos al bienestar de nuestros niños. ¿Deseas saber más sobre el autismo? ¡Síguenos en redes sociales! Comparte nuestro contenido y sé portavoz del trabajo que realizamos para hacer del mundo un lugar mejor para nuestros pequeños.
Los trastornos digestivos suelen disminuir significativamente la calidad de vida de los niños. 




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